98 Días. 98 días es lo que ha durado, oficialmente, el Estado de Alarma en nuestro país. 98 días en los que uno de nuestros principales derechos, el de la libertad de movimiento, ha estado mermado e incluso, anulado. No culpamos ni buscamos responsables más allá de este virus, la Covid 19, que desde que llegó a nuestra sociedad nos ha tenido en jaque y casi, jaque mate.

El coronavirus ha obligado, hace ya 98 días, a instaurar algo para lo que no estábamos preparados y que muchos ni siquiera conocíamos, el Estado de Alarma. ¿Qué es el Estado de Alarma? A grandes rasgos significa que el Estado – Gobierno toma las riendas para casi la totalidad de las decisiones sobre los ciudadanos y puede incluso decidir privar de libertad de movimiento a todos. Y esto es precisamente lo que ha ocurrido durante estos más de 3 meses. No hemos podido primero por imposición y segundo (o viceversa, da igual) por seguridad a riesgo de enfermar y morir, viajar e incluso, ni siquiera salir de casa.

Los movimientos se limitaron a la mínima expresión. Dejamos de salir para disfrutar del ocio, no podíamos visitar a amigos y familiares, solo estaba permitido salir para comprar comida – medicamentos o algún otro movimiento estrictamente imprescindible. Lo hemos superado y ya estamos en el día 98 en el que el Estado de Alarma se ha levantado por fin pero… ¿qué efectos ha causado en las personas?

Emocional y psicológicamente queda aún tiempo para poder evaluar las consecuencias que esta situación y este virus ha dejado sobre las personas. Dependiendo de la edad y las circunstancias personales de cada uno, los efectos serán diferentes. Hay que estar ahora muy atentos e identificar cualquier síntoma para poder atajar la raíz antes de generar otras y mayores consecuencias.

Uno de estos efectos que estamos viviendo y escuchando / leyendo a nuestro alrededor es el del Síndrome de la Cabaña. ¿Qué es exactamente? ¿Qué efectos tiene? ¿Cómo solventarlo y poder solucionarlo?

¿Qué es el Síndrome de la Cabaña?

En pocas palabras y en resumen, el Síndrome de la Cabaña es el miedo a salir de casa. Hemos estado varios meses dentro de casa y con prohibiciones al movimiento y ahora que podemos salir, hemos desarrollado en mayor o menor medida, el miedo a salir. ¿Por qué? Porque sentimos que fuera hay peligro, hemos perdido la rutina de salir y no creemos que estemos seguros fuera.

En términos más especializados, el Síndrome de la Cabaña es “el temor a vivencias desagradables que se activan en relación a la exposición real o mental a todo lo que conlleve salir de casa y de la situación estrictamente actual”.  De este modo, por este temor, se desarrolla la actitud de preferir quedarnos en casa a pesar de que podamos salir y seguir en nuestra nueva zona de confort evitando exponernos a lo que nos da miedo y causa temor.

Cómo identificar el Síndrome de la Cabaña

¿Tienes miedo a salir? ¿No te apetece volver a relacionarte? ¿Aún te da temor lo que hay fuera de casa y prefieres quedarte en tu zona segura? Estos son algunos de los síntomas que podemos padecer y que se asocian al Síndrome de la Cabaña. En casos más avanzados incluso podemos sentir ansiedad a la hora de salir a la calle de nuevo.

En todos estos casos, sea mayor o menor el grado de evolución del Síndrome, hay que tomar medidas para que no evolucione ni vaya a más y podamos solucionarlo de forma saludable.

Todos estamos expuestos a sufrir este síndrome, da igual la edad, la condición y las circunstancias de cada uno. No habíamos pasado por procesos como este de estar obligados a estar en casa “encerrados” así que debemos estar pendientes de cualquier síntoma para poder atajarlo.

Solventar y superar el Síndrome de la Cabaña

Si estás viviendo estas circunstancias y consideras que en mayor o menor medida estás bajo los efectos del Síndrome de la Cabaña (y aunque creas que no, todo podemos estar con él) hay que ir saliendo del mismo poco a poco y de forma gradual.

Lo más importante es saber el punto en el que debemos forzarnos a salir de casa. El paso a paso, el poco a poco, el día a día es lo fundamental en este momento. Hay que volver a salir para poder retomar la normalidad. No podemos quedarnos eternamente en casa ni modificar radicalmente nuestras rutinas de vida. Debemos volver a coger el transporte público sin tener miedo, regresar a nuestras oficinas, relacionarnos de nuevo con otras personas… Pero si tenemos miedo, estemos atentos y hagámoslo poco a poco.

Para superar cualquier miedo hay que enfrentarse al mismo pero de forma que podamos ir asumiendo cada episodio ya que si lo hacemos de forma drástica puede que sea peor el remedio que la enfermedad y aumente el temor.

Planifica salidas graduales y auto – regúlate. Fuérzate según creas que podrás gestionar, que podrás asumir y que puedas ir creciéndote. Si un día haces una salida y te sientes bien, suma al día siguiente quedar con alguien. La idea es ir haciendo algo nuevo poco a poco e ir sumando acciones.

La naturaleza, el aire fresco, el sol y por supuesto el mar si lo tienes cerca son elementos que te ayudarán mucho a retomar rutinas e ir superando el Síndrome de la Cabaña. La naturaleza por sí sola hace sentir muy bien y nos ayudará a identificar que fuera de casa, también podemos estar seguros y bien.

Eso sí, si consideras que probando solo / sola no puedes o se te complica, no lo dudes, es el momento de buscar ayuda y dejarte acompañar. Han sido meses muy duros y no es necesario sufrir más de la cuenta. Con terapia y/o coaching el proceso será más llevadero, ágil y rápido. En Utopía estamos para ayudarte y sobre todo, acompañarte.