Justo a pocos días de encarar el mes de octubre de 2020, la mayoría de la población española (y casi mundial) está preparándose para otro posible confinamiento generado por la pandemia de Covid19. Tras lo acontecido en la primavera pasada, con el sin fin de consecuencias mentales – psicológicas y emocionales que tuvo para todos, ahora toca preguntarnos ¿soportaremos otro confinamiento? Y lo más importante ¿cómo nos preparamos para esta posibilidad que cada día se hace más real?

Antesala de un nuevo confinamiento

A pesar de todos los esfuerzos (para algunos, muchos para otros, insuficientes) la pandemia parece estar lejos de controlarse. Ya tenemos encima importante repunte o una nueva ola, como queramos llamarlo. Un momento de incertidumbre y miedo en todos los aspectos: económico, emocional, psicológico…

El covid19 nos tiene en jaque y lo que nos toca es tomar cartas en el asunto para poder asumir y aceptar la situación con la mayor entereza posible. Lo que nos falta es conseguir que lo que ocurra, tenga el menor impacto sobre nosotros.

Las situaciones son las que son pero lo importante es como nos lo tomamos, como lo gestionamos y la capacidad de resiliencia que tengamos será primordial en estos momentos. ¿Podemos evitar un nuevo confinamiento? No, no está en nuestras manos. Es algo de las instituciones políticas y sanitarias, no una decisión que esté en nuestra mano pero lo que sí podemos hacer es gestionar esta situación lo mejor posible para que cause el menor impacto en nuestras vidas.

La incertidumbre, el aliado de la ansiedad

El mayor problema antes de que llegue el confinamiento (si es que llega) es la situación de incertidumbre que estamos viviendo. No saber es casi siempre, lo más doloroso porque causa ansiedad. Una ansiedad con la que difícilmente podemos lidiar ya que no depende de nosotros el futuro ni el decidir qué ocurrirá. No podemos planificar ya no viajes sino ni siquiera algo tan ordinario como la vida de nuestras familias – hijos al colegio, vuelta a la oficina, trabajo, etc.

Lo básico de nuestra vida pende sobre un hilo, no tenemos nada asegurado y la incertidumbre nos tiene en jaque. Ya hay estudios de cómo la ansiedad ha subido a niveles históricos en la población.

¿Cómo paliar esta ansiedad por incertidumbre? Como no podemos tomar decisiones a largo plazo ya que la situación puede cambiar de un día para otro, lo mejor que podemos hacer es trabajar nuestra capacidad de aceptación y racionalizar todo. Priorizar lo realmente importante que es la salud ante todo y después, la situación económica y solvencia general.

Ir día a día es lo más útil para todos. Hoy tenemos una situación y es con esta con la que podemos trabajar y vivir. De hecho, podemos ir lo más lejano a una semana vista con seguridad. El resto, entrará en juego la incertidumbre y cambios casi asegurados.

No entres en bucle de ansiedad. No planifiques a largo plazo porque seguro que habrá cambios y la frustración puede causarte más dolor que el beneficio de planificar.

Aceptar lo que hay e ir día a día. Lo más eficaz frente a la incertidumbre.

Y ¿qué pasa si hay un nuevo confinamiento?

Lo primero que debemos hacer para afrontar un nuevo posible confinamiento es pensar cómo nos afectó el anterior. Ser sinceros con nosotros mismos, asumir qué tipo de “dolor” nos causó y en qué nos afectó. Decir que en nada… es no ser sinceros y honestos con nosotros mismos. A todos nos afectó de una u otra manera sobre todo porque fue algo desconocido y siempre, cualquier prohibición alargada en el tiempo (no salir de casa) nos afecta. Nos quitaron (justificadamente) la libertad de movimiento y eso siempre tiene consecuencias emocionales. Debemos ser realistas y tenerlas en cuenta a pesar de que no se hayan manifestado.

Una vez que seamos totalmente conscientes de las consecuencias que tuvo el anterior confinamiento sobre nosotros, podremos anteponernos a lo que viviremos en este nuevo confinamiento o al menos, prepararnos para algunos escenarios posibles (siempre pueden pasar nuevas cosas – situaciones que no teníamos previstas porque cada momento de vida es diferente).

Si no tuvimos la suficiente productividad trabajando en casa, evaluemos por qué fue (quizás no teníamos un sitio habilitado cómodo y confortable pensando que sería algo para corto tiempo o nos faltaba material y soporte). Si por el contrario nos faltaba un horario saludable, es el momento de hacerlo y además, cumplirlo. Si engordamos porque comíamos todo el tiempo, hay que evitarlo, controlar la ansiedad con ejercicios de respiración y mindfullness y por supuesto, no comprar lo que no queramos comer.

Tener controlado lo que ya nos pasó factura en momentos anteriores es importante para controlar posibles daños. Lo nuevo, es más complicado de prever pero al menos estaremos reduciendo la lista de supuestos.

Eso sí, si el anterior confinamiento fue complicado para ti, no te empeñes en subir una montaña ahora solo, sin ropa adecuada y sin soporte. Cuenta con ayuda de acompañamiento como un coach. Estará ahí en los momentos más complicados y podrá ayudarte a salvar la situación para continuar con tu vida sin que esto, el 2020, nos pase más factura de la debida.