Cualidades del liderazgo

Siempre que hablamos de liderazgo desde el punto de vista de la gestión de equipos siempre nos referimos a cualidades relacionadas con la capacidad de inspirar y motivar a las personas. Cualidades poco frecuentes y que son difíciles de desarrollar si no se hace específicamente.

Por supuesto, estamos dado por sentado que un líder posee todas las competencias profesionales necesarias para dirigir un equipo y que necesita desarrollar otras habilidades menos académicas, por decirlo de algún modo.

Pero no debemos olvidar que alguien que dirige un equipo debe ser, ante todo, un excelente profesional. No se puede llevar el timón de un barco sin saber cómo se navega. Antes de poder dirigir a un equipo y conseguir que te sigan al fin del mundo debes ser capaz de ganarte su respeto.

¿Cuáles son las cualidades que definen a un líder como un buen profesional?

Conocimientos

Un líder debe ser un experto en su área. Quizás no necesita saber más que cualquier otro especialista en su equipo, pero sí necesita tener un conocimiento lo suficientemente profundo de cada una de las disciplinas profesionales que intervienen en su trabajo como para opinar con criterio de cualquier cuestión, poder tomar decisiones sobre los temas relativos a la actividad profesional y saber valorar cuándo alguien está haciendo un buen trabajo o no.

En todo caso, como decía, un buen líder debe saber rodearse de especialistas que sepan más que él mismo en cada uno de sus puestos particulares. Se podría decir que alguien que dirige un equipo debe saber mucho de todo pero no tiene por qué ser el que más sabe de algo. Un entrenador de fútbol no tiene por qué saber meter goles mejor que sus delanteros, pero tiene que saber qué hay que hacer para meter un gol.

Reflejos

En un mundo en constante evolución, la capacidad para reaccionar ante los cambios y tomar decisiones es cada vez una cualidad más valorada y necesaria para ejercer un liderazgo efectivo. Es más, en entornos de cambios rápidos y alta incertidumbre, es importante saber tomar una decisión deprisa, darte cuenta de que te has equivocado y volver a cambiar el rumbo.

Una persona a cargo de un equipo debe estar preparada para cambiar en cualquier momento. Debe estar informada de lo que ocurre en su sector, de las mejores técnicas de organización y de las últimas herramientas disponibles para mejorar la productividad de su equipo. Y, por supuesto, debe estar preparado para hacer uso de todo este conocimiento de forma ágil y flexible.

Por otra parte, ser capaz de tomar decisiones rápidamente, incluso anticipándose a las necesidades del equipo, es vital. Hay circunstancias ajenas a la labor profesional que influyen mucho sobre el rendimiento del equipo. Son los temas salariales, de recursos humanos, de bajas en el equipo…

Si un profesional no desarrolla sus reflejos, las oportunidades de mejorar su forma de trabajar pasarán delante de sus ojos sin que pueda hacer nada. Lo más probable es que termine dejando que su equipo se convierta en una herramienta poco eficiente y termine por resultar obsoleta.

Razonamiento científico

Esto es una cualidad que se les presupone a las personas que han estudiado carreras técnicas como ingenierías, pero es una cualidad absolutamente imprescindible para el correcto desempeño del liderazgo.

Tener capacidad de razonamiento científico significa que, partiendo de una serie de premisas a analizar, eres capaz de llegar a una hipótesis de forma razonada. Esta capacidad de análisis y búsqueda de conclusiones es una cualidad muy valorada en el ámbito profesional.

Es sorprendente la cantidad de gestores de equipos que toman decisiones basándose en intuiciones y en ideas felices. Tener intuición está muy bien, pero también es necesario poder justificar las decisiones que tomas, y para ello se necesita elaborar un razonamiento científico y ser capaz de explicarlo.

A los profesionales cualificados les resulta tremendamente difícil confiar en un iluminado que no es capaz de explicar el por qué de sus decisiones, pero suelen ser muy entusiastas cuando se les explica qué razones han llevado a tomar esa decisión.

Profesionalidad

Por supuesto, la profesionalidad es una cualidad imprescindible en un líder y que no siempre se encuentra. Todos podemos recordar ejemplos de gente que nos ha dirigido y que llegaban a deshora al trabajo, que siempre salían demasiado pronto, que perdían demasiado tiempo durante la jornada o que teníamos la sensación de que no desarrollaban su trabajo adecuadamente.

Estas actitudes desacreditan al líder y convierten la labor de gestión de un equipo en una tarea muy difícil. El ejemplo, sea bueno o malo, es una herramienta muy poderosa para condicionar el comportamiento de un grupo de personas y poder ejercer cierta autoridad sobre ellos.

La profesionalidad es algo subjetivo y que varía de un entorno de trabajo a otro, por lo que un buen líder debe ser capaz de comprender o incluso de sentar las bases de lo que debe ser considerado como falta de profesionalidad en su equipo. En algunos equipos hablar durante el trabajo puede ser considerado una falta de profesionalidad mientras que en otros alguien que esté totalmente callado durante el trabajo puede ser tachado de inadaptado, lo que puede generar problemas de relaciones entre los miembros del equipo.

En definitiva, un buen líder debe ser ante todo un buen profesional. Si no posee estas cualidades, difícilmente podrá dirigir adecuadamente un equipo por muchas competencias de liderazgo que desarrolle.

Escrito por Daniel Grifol