¿Estás pensando en cambiar de trabajo? ¿No sabes si sería la mejor decisión? A menudo nos encontramos en la encrucijada de querer un cambio laboral y profesional pero nos sentimos atemorizados ante dicha decisión. La supuesta seguridad laboral que tenemos en este momento, la incertidumbre del cambio o el juicio externo son solo algunos de los puntos “en contra” que podemos tener a la hora de acometer este cambio que por otro lado, si lo estamos contemplando, es que nos apetece. ¿Cómo tomar esta decisión de forma saludable y sin miedos a arrepentimientos? Intentemos con estos puntos hacer más fácil este proceso.
Cambiar o no de trabajo: un intenso dilema
Aunque parezca mentira, cuando decidimos o mejor dicho, sentimos que queremos cambiar de trabajo, entramos en una etapa de incertidumbre, miedos y vaivenes mentales – emocionales que nos van a incluso, quitar el sueño y el apetito. Debería ser a priori algo totalmente contrario ya que si queremos cambiar de trabajo es porque estamos en pro de algo mejor, que nos ilusione más que puede que ya esté sobre nuestro escenario en formato “oferta laboral”.
Pero la realidad es bien distinta. El ser humano está muy asentado (en términos generales) a la zona de confort aunque esta no nos convenza ya, no nos motivo o incluso, nos haga sufrir o daño. Esto pasa también en el trabajo cuando pasado un tiempo en el mismo puesto, ya no aprendemos, no estamos ilusionados y tenemos alrededor mal ambiente.
Sabemos porque lo sentimos, que es un buen momento de cambiar y esa motivación nos hace buscar y abrirnos al mercado. Mientras estamos en esa búsqueda y nos “dejamos querer” por otras empresas y ofertas laborales en proceso de selección, estamos en la cresta de la ola de la motivación. ¿Por qué? Porque detrás nos respalda la seguridad de nuestro puesto actual que mejor o peor, es algo seguro en lo que estamos cómodos (la seguridad es muy cómoda).
La cosa cambia cuando tras buscar y estar en el mercado laboral, una oferta que nos gusta, nos cuadra y nos encaja, se materializa y se convierte en oferta en firme. Ahí ya el escenario es bien distinto y es que el siguiente paso ya es todo nuestro, la pelota está en nuestro tejado: hay que tomar una decisión.
Una decisión que implica dejar atrás la seguridad que tenemos ahora mismo y embarcarnos en un barco del que sí, tenemos muchos datos e incluso cierta “seguridad” (a modo de condiciones pactadas y contrato) realmente no sabemos cómo será la travesía. Y ya sabemos que las personas tiramos mucho del “más vale malo conocido que bueno por conocer” (ay el refranero español tan “positivo” siempre).
Cambiar de trabajo cuando tenemos uno seguro, cuando hay que saltar y soltar para caminar hacia otra dirección, es una de las decisiones más complicadas. Nos arriesgamos a que no nos guste, a no gustar y también como no, al juicio externo de nuestro entorno más cercano que sin ponernos en nuestros zapatos, va a opinar seguramente desde el rol más conservador: “como están las cosas y lo bien que estás aquí, para qué cambiar”.
¿Qué criterios pueden ayudarte a tomar esta decisión para que estés más seguro de ti y de lo que elijas? Estos que a continuación detallamos pueden ayudarte pero lo que siempre hay que tener claro es que ninguna decisión, será un fracaso. Será una decisión, una elección en el momento presente con las herramientas que tienes ahora. Si no sale como tenías pensado, no será un fracaso porque te llevarás aprendizaje y la satisfacción de haber seguido tu intuición.
Criterios para tomar la decisión de si cambiar o no de trabajo
En cuanto a criterios que te pueden ayudar a tomar esta decisión realmente hay muchísimos y de los principales, se pueden desgranar otros muchos. Hemos intentado reducir este trabajo a los puntos principales para que tampoco sea una locura. Si estos bullets points no te son suficientes, puedes desgranarlos aún más o lo que es más saludable, si es un importante cambio de trabajo, lo mejor será siempre dejarte acompañar por un profesional que te pueda dar luz desde fuera a la situación y a tu momento. En coaching es nuestra labor ayudarte a que estés satisfecho con tu decisión y además, disfrutes del viaje. Pero mientras, puedes comenzar con este listado:
Ambiente de trabajo
Cómo te sientes en tu trabajo actual con referencia a tu equipo y personas con las que trabaja, es uno de los motivos principales que suelen motivar los cambios. Un mal ambiente de trabajo desmotiva y hace que no seamos productivos ni creativos.
Aprendizaje y evolución
Considerar que ya hemos aprendido todo lo que podíamos en el lugar en el que estamos ahora, será decisivo para que nos movamos de lugar. Dicen que a partir del segundo de año en el mismo puesto, con las mismas tareas y sin ningún cambio, deja de ser positivo para la persona y para la empresa. Hay que hacer cambios y evolucionar.
Flexibilidad
¿Tu empresa te aporta flexibilidad? Estar “encorsetado” y no poder teletrabajar de vez en cuando, tener capacidad de mover ciertos parámetros para mejorar, etc es también muy tedioso.
Capacidad de crecimiento – promoción interna
Si estás estancado y no ves opción de promocionar, de crecer dentro de tu compañía, es un buen momento para ir pensando en cambiar.
Salario
Por supuesto, el factor económico es uno de los puntos motivadores de cambio. Eso sí, antes de saltar fuera, si este es el único punto con el que estás descontento en tu empresa actual, háblalo y ve opciones dentro. No te quedes con esa conversación pendiente.
Beneficios
¿Te ofrece tu empresa actual otro tipo de beneficios? Beneficios sociales, de formación, de expansión y movimiento en otras sucursales… También es un punto muy potente a valorar.
Ahora ya puedes hacer una check list para evaluar en qué punto te encuentras y qué motivadores tienes realmente para ese cambio de trabajo. Nosotros podemos acompañarte en el proceso. ¿Hablamos?